Los expertos en coaching deportivo observamos ejemplos como el siguiente: Lunes, 8:30 a.m., viajas en un tren atestado de gente rumbo del primer día de trabajo de la semana. Hace frío, tienes sueño y sientes que el fin de semana no ha sido suficiente para descansar. Con el objetivo de hacer tu viaje más ameno abres tus redes sociales y allí está él o ella, ese amigo o familiar al que le encanta contar sus andanzas deportivas en Facebook. Esta mañana ha corrido 15 kilómetros mientras tú intentabas quitarte las legañas o ya está listo para iniciar su sesión de entrenamiento en el gimnasio a esas horas a las que tú ni siquiera has tomado un café.

Seguramente la situación te resultará familiar y es que todos la hemos vivido en algún momento. Las nuevas tecnologías nos permiten mostrar al resto aquella parte de nuestra vida que queremos que vean y la práctica deportiva parece ser algo que a algunos les gusta enseñar quizá más de la cuenta.

Desafortunadamente en la mayoría de los casos los selfies en el gimnasio o los pantallazos de aplicaciones que nos muestran cuanto ha corrido o montado en bici el sujeto en cuestión no son más que postureo, lo que toda la vida hemos llamado ganas de presumir.

Sin embargo, podemos aprovechar esas publicaciones en nuestro beneficio. El próximo día en lugar de pensar de donde saca tiempo tu amigo/a para pasarse medio día haciendo deporte y gestionar el resto de su vida, intenta pensar de donde puedes sacar tú el tiempo para hacer algo de ejercicio.

No se trata de que ahora seas tú quien empiece a llenar el muro de sus amigos con sus andanzas deportivas, pero sí puedes seguir su ejemplo para motivarte y estar más activo.

En el caso de aquellas personas en las que en sus publicaciones sobre su vida deportiva no hay ni rastro de postureo, desde el coaching deportivo motivamos a esas personas para que siga haciéndolo tan bien como hasta ahora.