El número de niños con hiperactividad está en ascenso y para muchos padres encontrar una solución al problema se convierte en un auténtico quebradero de cabeza. No obstante, como expertos en coaching deportivo, sabemos que hay una actividad que suele dar buenos resultados: el deporte.

Los niños con hiperactividad o déficit de atención tienen dificultad a la hora de concentrar su mente en una actividad concreta y tienden a distraerse con facilidad. Los deportes colectivos pueden no ser los más indicados para estos niños, ya que su actitud puede distraer a los demás, pero los deportes individuales y de intensidad (tenis, ciclismo, natación, atletismo, etc.) pueden ser una buena opción para descargar la adrenalina.

A través de la práctica deportiva los niños aprender a manejar mejor su concentración al centrarse en un objetivo que les resulta más atractivo, lo cual a su vez hace que sean más disciplinados.

El deporte es además una buena herramienta para mejorar la autoestima de estos niños, que serán felicitados al alcanzar las metas propuestas para cada entrenamiento, lo cual supone una ruptura en su rutina en la que normalmente son castigados con demasiada frecuencia por padres o profesores debido a su carácter distraído y a la falta de atención.

La práctica deportiva debe ser vista por el niño y por los padres como algo agradable, una forma de romper la rutina y que en ningún caso puede ser tan exigente como las actividades que se realizan en el ámbito escolar. De esta forma el niño/a se sentirá menos presionado y sus resultados serán mejores.

En cuanto a la elección del deporte, los especialistas en coaching deportivo creemos que debe dejarse a la elección del niño e incluso darle la oportunidad de probar diferentes actividades. No es necesario que se trate de un deporte muy popular, también puede tratarse de deportes más minoritarios pero igual de estimulantes como el bádminton, el patinaje o la escalada.