A estas alturas no cabe duda de que el running está de moda. Basta con dar una vuelta a última hora de la tarde por cualquier parque de cualquier ciudad para ver a hombres y mujeres de todas las edades practicando este deporte.

Una de las grandes ventajas de salir a correr es que es un deporte en el que movemos todo el cuerpo y que es gratis. Es cierto que necesitamos la equipación adecuada, pero una vez que la tenemos no tenemos que pagar cuota en ningún gimnasio ni pagar el alquiler de ninguna pista, podemos correr por donde más nos apetezca.

La mayor parte de los runners se esfuerzan en entrenar su cuerpo y siempre andan buscando la mejor manera de mejorar su rendimiento. Lo que desafortunadamente muchos de ellos no tienen en cuenta es que en esta disciplina también tiene mucho que ver el coaching deportivo.

Corremos con nuestras piernas, pero también con nuestro cerebro. Es él en que en muchas ocasiones nos dice que ya no podemos más, aunque nuestras piernas tengan potencia para seguir corriendo.

Cuerpo y mente tienen una estrecha relación y por ello si queremos mejorar en nuestro entrenamiento además de nuestro cuerpo también debemos entrenar nuestra mente.

No se trata únicamente de encontrar motivación para correr, aspecto que evidentemente es muy importante, sino de desarrollar una mayor autoconfianza en nuestras capacidades físicas, en mantener un buen nivel de concentración y poder prestar más atención a los síntomas de nuestro cuerpo, para saber cuando podemos hacer más aunque nuestro cerebro nos diga que no y cuando es realmente necesario parar y descansar.

El corredor debe ser quien mejor se conozca a si mismo, debe aprender a visualizar sus objetivos y disfrutar de lo que está haciendo, sólo así conseguiremos poco a poco ir mejorando y alcanzar nuestros objetivos.